PARA LOS EXPERTOS, CON UNA PRESION IMPOSITIVA QUE BORDEA EL 80%,
LA PRODUCCION DEL CAMPO ES CASI INVIABLE
Organizada por el diputado nacional Lucio Aspiazu (UCR-Corrientes), se realizó en la Cámara de Diputados la jornada "Impuestos al agro: pro y contras", en la que disertaron especialistas destacados de la talla del abogado Juan Pedro Merbilhaa, el contador Santiago Saénz Valiente y Ricardo Negri (h), jefe de Investigación y Desarrollo del Movimiento CREA. En el contexto de esta charla el veredicto de los expositores fue unánime: con una presión impositiva al campo cercana al 80/85%, la producción agropecuaria es casi inviable.
La jornada contó con una nutrida asistencia, entre los que se contaron los diputados Jorge Chemes (UCR-Entre Ríos), Ricardo Buryaile (UCR-Formosa), Cornelia Schmidt (PRO-Buenos Aires), Gladys Espíndola (UCR-Córdoba), Jorge Valinotto (Frente Cívico- Córdoba) y Alberto Pérez (Frente Peronista-San Luis); los presidente y vicepresidente de la Rural, Luis Etchevehere y Daniel Pelegrina; el ex presidente de la Rural, Luciano Miguens; los directivos de CREA Juan Balbín, Bernardo Debenedetti y Santiago del Solar, los integrantes de la Fundación Barbechando Ricardo Lakatos, Alberto Casey, Armando Zavala y María Beherán, y Marcelo Ré, representante de los autoconvocados del Sudoeste Chaqueño y Este Santiagueño.
“Con niveles de presión impositiva que bordean el 80 o el 85%, la producción agropecuaria se está
DIp. Lucio Aspiazú |
El primer disertante fue Juan Pedro Merbilhaa, asesor legal de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) y ex presidente de esta entidad, quien habló del actual sistema de leyes que permite desequilibrios y abusos en materia impositiva. “En estos últimos años nos han roto el sistema constitucional argentino, eso hay que destacarlo, nos llenaron de leyes fiscales y económicas llenas de vicios y claramente inconstitucionales. La Ley de Emergencia Económica desplazó a la Constitución Argentina como base de la pirámide jurídica. A eso no hay que combatirlo en la Justicia, hay que pelearlo acá, en el Congreso, volteando todas las leyes mal hechas, truchas, que tenemos, entre las cuales se encuentran la Emergencia Económica, la Ley de Administración Financiera, la Ley de Abastecimiento. Hay una violación constante y permanente de la Constitución a través de estas leyes. Por eso digo que la principal meta debería ser derogar y cambiar estas leyes por leyes nuevas”, destacó Merbilhaá. “También hay que discutir en forma urgente la coparticipación”, agregó.
Seguidamente, Sáenz Valiente propuso una serie de cambios a aplicar para mejorar el esquema impositivo actual. “En primer lugar, sin dudas hay que reducir las retenciones, más con un dólar en este valor. No hay motivo alguno para mantener este impuesto. Luego se deben actualizar los mínimos y los topes, y aplicar el indispensable ajuste por inflación. También debemos eliminar el impuesto a los Bienes Personales, reemplazándolo por un impuesto al Patrimonio Neto, excluyendo los bienes productivos. Se debe además eliminar el famoso Registro de Operadores de Granos por ser inconstitucional, y reemplazarlo por otro mecanismo de control, y transformar todos los saldos de IVA en libre aplicación extensiva a todas las deudas fiscales”, sintetizó el especialista.
“La presión fiscal que soportan los productores es superior al promedio de la economía, superando el 75% del resultado antes de tributos. En empresas agrícolas que trabajan sobre campo alquilado y algunas regiones esa presión supera el 120%. Pero el impacto es más difícil de medir en las comunidades, considerando que el 70% de las inversiones y gastos de los agricultores se realiza en la ciudad más cercana al establecimiento. Las comunidades son las que más pierden”, destacó R. Negri (h) en su charla.
De acuerdo a Negri, la presión fiscal sobre resultados en las diferentes regiones agrícolas oscila entre el 85% y el 70%. Por otro lado, los descuentos comerciales (como los aplicados al trigo y al maíz, que significan transferencias del agricultor hacia otros sectores de la cadena), que no son impuestos pero impactan en las finanzas del productor, alcanzan una presión que va del 2 al 11%. Sumados ambos factores (presión fiscal pura + distorsiones comerciales), la presión total sobre el productor oscila entre el 76% y 89%. De acuerdo a relevamientos hechos por CREA, en localidades bonaerenses como Bolívar y Tapalqué, el costo de impuestos y descuentos comerciales alcanza los 4221 y los 3614 pesos por hectárea, respectivamente. Por otro lado, en el núcleo agrícola entrerriano y el NE arenoso entrerriano la presión es de 3678 y 2629 pesos por hectárea, respectivamente.
Sistema Tributario Específico al Campo |